La medicación no es una solución independiente
La medicación es más eficaz cuando se combina con intervenciones terapéuticas adecuadas. Los niños y adolescentes suelen beneficiarse de apoyo adicional para desarrollar las habilidades sociales, emocionales y de afrontamiento necesarias para prosperar.
Los tratamientos complementarios pueden incluir:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Terapia dialéctica conductual (DBT)
Terapia de juego
Grupos de habilidades sociales
Terapia interactiva entre padres e hijos (PCIT)
Psicoterapia padre-hijo
Coaching para padres
Programas de manejo de la ira
Estas terapias ayudan a abordar las causas fundamentales de la angustia, apoyan el procesamiento emocional y fomentan la resiliencia, especialmente cuando hay trauma, duelo o desafíos interpersonales.
Afecciones que tratamos con medicamentos


Nuestros proveedores clínicos utilizan un enfoque integral y personalizado para apoyar las siguientes afecciones con medicamentos cuando sea apropiado:
Trastornos del pensamiento (por ejemplo, esquizofrenia): medicamentos como la risperidona (Risperdal) pueden mejorar la claridad y la funcionalidad cognitiva.
Trastornos del estado de ánimo (por ejemplo, depresión): los antidepresivos como la sertralina (Zoloft) ayudan a regular el estado de ánimo, el sueño y la concentración.
Trastornos del comportamiento (por ejemplo, trastorno de conducta): los betabloqueantes como el atenolol (Tenormin) pueden reducir la ansiedad y controlar el comportamiento agresivo.
Trastornos de atención (por ejemplo, TDAH): los estimulantes como las anfetaminas (Adderall) pueden mejorar la concentración, disminuir la impulsividad y favorecer el funcionamiento ejecutivo.
Si bien los medicamentos ofrecen beneficios significativos, también pueden tener efectos secundarios. Cada plan de tratamiento se desarrolla en estrecha colaboración con la persona y sus cuidadores, con seguimiento continuo y ajustes según sea necesario.

Manejo de medicamentos psiquiátricos
Apoyando la salud mental con medicamentos basados en evidencia y atención integrada
Las pruebas psicológicas son un proceso estructurado y basado en la evidencia que se utiliza para evaluar las capacidades cognitivas, la salud emocional, el funcionamiento conductual y el perfil de aprendizaje de una persona. Estas evaluaciones son administradas, calificadas e interpretadas por profesionales con licencia y experiencia clínica.
Cada evaluación integra los resultados de las pruebas con una revisión exhaustiva de los antecedentes psicológicos, médicos, educativos y personales para garantizar su precisión y relevancia. Las pruebas nunca se utilizan de forma aislada, sino como parte de un proceso diagnóstico completo que fundamenta la planificación del tratamiento, el apoyo académico o la documentación legal.
Los medicamentos pueden cambiar la vida de muchos niños, adolescentes y adultos que enfrentan problemas de salud mental. Con una prescripción y un seguimiento adecuados, los medicamentos psiquiátricos pueden aliviar el sufrimiento, mejorar el funcionamiento diario y ayudar a las personas a recuperar el control de sus pensamientos, emociones y comportamientos.
Los medicamentos psiquiátricos actúan abordando síntomas específicos relacionados con diversas afecciones de salud mental. Al combinarse con terapia y otras formas de apoyo, pueden mejorar significativamente la calidad de vida de una persona.
