Cómo funciona y para quién es
El PCIT se imparte en dos fases:
Interacción dirigida por el niño (CDI):
Se centra en fortalecer el vínculo entre padres e hijos mediante elogios, reflexión y juegos guiados por los niños. Los padres aprenden a reforzar el comportamiento positivo y a reducir la atención a las acciones disruptivas.Interacción dirigida por los padres (PDI):
Enseña a los padres estrategias disciplinarias efectivas, incluyendo órdenes claras, tiempos de descanso estructurados y constancia. Estas herramientas ayudan a gestionar conductas desafiantes con calma y confianza.
Las sesiones se llevan a cabo en una sala especialmente equipada, donde el terapeuta observa la interacción y asesora a los padres en tiempo real. El progreso se monitorea mediante evaluaciones conductuales validadas, y el tratamiento continúa hasta que las familias dominen las habilidades.
El PCIT normalmente se completa en 12 a 20 sesiones, dependiendo del ritmo y la constancia de la familia.
PCIT es ideal para familias que:
Tiene un niño pequeño (normalmente de 2 a 7 años) que presenta conductas externalizantes.
Sentirse abrumado por luchas de poder, rabietas o estrés parental.
¿Quiere aprender estrategias de crianza estructuradas y basadas en evidencia?
Buscan reconstruir la confianza y la conexión con su hijo
¿Está buscando una alternativa a la medicación para el manejo del comportamiento?
Han sido derivados por un pediatra, un consejero escolar o un especialista en conducta.
Esta terapia permite a los padres ser el principal agente de cambio, apoyados por un entrenamiento experto en un formato seguro y efectivo.
Condiciones que apoyamos

PCIT está diseñado específicamente para ayudar a las familias a afrontar desafíos conductuales, emocionales y relacionales, que incluyen:
Rabietas o arrebatos de ira frecuentes
Incumplimiento y comportamiento opositor
Agresión hacia familiares o compañeros
Dificultad para seguir instrucciones o reglas
Comportamiento disruptivo en el hogar, la escuela o la guardería
Tensión en la relación entre padres e hijos o falta de vínculo
Conductas relacionadas con el trauma en niños pequeños
Signos tempranos de TDAH o desregulación emocional
También es eficaz para familias adoptivas, hogares de acogida y padres que buscan una intervención temprana para niños en riesgo.

Terapia de interacción entre padres e hijos (PCIT)
Fortaleciendo las relaciones entre padres e hijos a través de coaching en vivo y estrategias conductuales comprobadas
Las pruebas psicológicas son un proceso estructurado y basado en la evidencia que se utiliza para evaluar las capacidades cognitivas, la salud emocional, el funcionamiento conductual y el perfil de aprendizaje de una persona. Estas evaluaciones son administradas, calificadas e interpretadas por profesionales con licencia y experiencia clínica.
Cada evaluación integra los resultados de las pruebas con una revisión exhaustiva de los antecedentes psicológicos, médicos, educativos y personales para garantizar su precisión y relevancia. Las pruebas nunca se utilizan de forma aislada, sino como parte de un proceso diagnóstico completo que fundamenta la planificación del tratamiento, el apoyo académico o la documentación legal.
La Terapia de Interacción Padre-Hijo (PCIT) es un tratamiento basado en la evidencia, diseñado para mejorar la calidad de la relación padre-hijo y reducir los problemas de conducta en niños pequeños. La PCIT combina elementos de la teoría del apego y la psicología conductual, y se utiliza principalmente con niños de entre 2 y 7 años que presentan conductas disruptivas u oposicionistas.
A diferencia de la terapia de conversación tradicional, la PCIT implica coaching en vivo: los padres interactúan con su hijo mientras un terapeuta capacitado observa y ofrece orientación en tiempo real a través de un auricular. Este enfoque práctico ayuda a los padres a aprender y aplicar técnicas de disciplina positiva, habilidades de regulación emocional y estrategias de comunicación consistentes en el momento.
PCIT no sólo mejora el comportamiento del niño sino que también aumenta la confianza de los padres y fortalece la conexión emocional dentro de la familia.